Este 1 de diciembre, la Corte Internacional de Justicia de La Haya dará a conocer el fallo sobre el Caso Silala.
La ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, comentó que “el litigio ha durado seis años y es el último litigio pendiente que tiene Chile ante la Haya.
Esperamos que a partir del fallo se abra una oportunidad para seguir trabajando con el país vecino, con Bolivia, en una agenda positiva”.
Sus dichos corresponden a la última reunión que hubo con el consejo asesor en las horas previas a que se conozcan las resoluciones finales.
“Sobre el caso, quiero enfatizar, en primer lugar, que esta controversia, se ha enfrentado como una política de Estado. De ello da cuenta que este es un caso que ha pasado desde el gobierno de la presidenta Bachelet”.
Los objetivos de la demanda de Chile a Bolivia
La subsecretaria y agente de Chile, Ximena Fuentes, recordó el principal objetivo que es “obtener certeza jurídica por parte del órgano judicial principal de Naciones Unidas, que es la Corte Internacional de Justicia, sobre el carácter internacional de este río compartido”.
“Todo inicia porque Bolivia niega este carácter internacional. Afirmando que las aguas del Silala son enteramente bolivianas y que están sujetas a su soberanía y que Chile no tiene derecho a usarlas. Ese es el inicio de la controversia”.
“Hoy lo que está en cuestión es un argumento de Bolivia. El que constituye el punto central de su contrademanda en el sentido que ciertas obras que existen en el territorio de Bolivia, construidas con la autorización de Bolivia, que son estas llamadas canalizaciones”, explicó.
“Bolivia señala que han creado un flujo extra que se viene por la superficie. Le llama flujo artificial; el nombre es un poco equívoco porque toda el agua del Silala es natural, y señala que Chile no tiene derecho a ocupar ese flujo extra”.