La Organización de las Naciones Unidas, acusó a Jefes de servicios de inteligencia civil y militar de Venezuela de cometer crímenes de lesa humanidad. Esto en el marco de una investigación liderada por Misión ONU Venezuela, ahondando en la historia de 122 víctimas de tortura cometidas en el país.
Entre las agresiones más reiteradas, se encuentra la violencia sexual y tratos inhumanos en centros de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN).
Según indicaron desde la ONU, Nicolás Maduro y autoridades de diversos cargos, “fueron los artífices en el diseño, implementación y mantenimiento de una maquinaria para reprimir a la disidencia”.
“El Estado venezolano utiliza los servicios de inteligencia y a sus agentes para reprimir la disidencia en el país. Esto conduce a la comisión de graves delitos y violaciones de los derechos humanos, incluidos actos de tortura y violencia sexual”.
De acuerdo al informe, en el caso de Sebin, el principal responsable sería el actual director general, Gustavo Enrique González. El director de Helicoide – uno de los principales centros de detención entre el 2014 y 2018 – Carlos Alberto Calderón y Ronny González.
En paralelo, en la Dgcim, estaría involucrado el director general, Iván Rafael Hernández, y antecesores del mismo, como Rafael Antonio Franco, Hannover Esteban Guerrero y Alexander Enrique Granko.
Las denuncias abarcadas en el informe corresponden a los años 2017, 2018 y 2019. Además, apuntan a que las agresiones cometidas fueron por orden directa de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, el primer vicepresidente venezolano.
“Los actos de violencia documentados no fueron realizados por individuos aislados y sin conexión actuando solos dentro del Sebin y la Dgcim”, explica el escrito. Si no que “fueron parte de una política deliberada del gobierno para silenciar la oposición”.